Alex Ferguson
Con una determinación y ambición sin igual, el escocés desafió al orden establecido en Escocia para luego llevar al Manchester United a la mejor etapa de su historia.
Su trayectoria
Aprendiz de artesano y natural de Glasgow, Ferguson empezó a jugar al fútbol a nivel amateur pero acabó destacando como delantero pasando del Queen's Park al St Johnstone y luego al Dunferline, donde marcó 66 goles en 89 partidos entre 1964 y 1967. Después fue traspasado al Rangers y allí pasó dos años. Se retiró tras jugar para el Falkirk y el Ayr, y empezó a entrenar en el East Stirling y en el Saint Mirren. Luego dirigió brevemente un pub antes de hacerse cargo del Aberdeen en 1978 para acabar con el dominio del Old Firm en Escocia.
El método
Utilizando un estilo muy británico con un 4-4-1-1, el éxito y la longevidad de Ferguson se debieron en gran parte a su habilidad para adaptarse a los tiempos. El fútbol europeo en particular siempre entusiasmo a Ferguson y tras derrocar al Liverpool como dominador en Inglaterra, sus equipos se especializaron en recibir muy pocas ocasiones del rival y definir muy bien las propias. Su maestría también residió en saber cuándo cambiar de jugadores, siendo Ryan Giggs y Gary Neville de los pocos que siempre estuvieron a su lado.
Sus mejores frases
- "No puedes dedicarte al fútbol y no hacer sacrificios. Pregúntele a la mujer de cualquier entrenador lo que el sacrificio significa exactamente, porque los entrenadores están siempre trabajando, están en los partidos, en los entrenamientos, están en todo".
- "Nunca en mi vida he jugado para empatar".
- "Si tuviera que escuchar el número de veces que he tirado tazas de té habría más de una vajilla en este lugar. Es totalmente exagerado, pero no me gusta que la gente me discuta las cosas".
- "Para un jugador, y para un ser humano, no hay nada mejor que escuchar un 'bien hecho'. Son las dos mejores palabras que se han inventado en el deporte. No necesitas usar hipérboles".